Un ritual es un acto repetitivo. Y los rituales de conexión aumentan el sentimiento de pertenencia y exclusividad. La magia de del amor debe verse y sentirse todos los días, para crecer con ese sentimiento de amor incondicional. La presencia de los padres es milagrosa, como profesional, madre y abuelita puedo dar fe que acompañar, observar y ESTAR es fundamental para enriquecer ese vinculo de amor.
Los rituales son formas increíbles para estar conectados con nuestros hijos o seres amados. Y todos tenemos rituales (celebrar un cumpleaños, enviarle flores a la pareja en una fecha especial, una cena de año nuevo, y otros), cada familia tiene sus propios rituales.
Pues exactamente es lo mismo, llevar esos rituales a la crianza, es mágico.
Algunas ideas:
- Desde el vientre una canción favorita, un sonido.
- Cocinar u hornear juntos todos los jueves, o sábados.
- A la hora del baño cantar una determinada canción (siempre la misma).
- Al despertarles con un ataque de besos, una canción, un abrazo especial.
- Crear una caricia especial y diferente para cada hijo y hacerla cada día.
- En la rutina de la noche se puede incluir un baño, un masaje, un cuento especial.
- Un saludo especial y único para cada hijo, o un abrazo de oso de grupo (incluir a todos los hijos).
- Los domingos de pic nic en el patio, con mantel.
- Noche temática una vez al mes.
- Noche de películas y palomitas.
- Acampar en la sala.
- Excursiones a la naturaleza para observar plantas e insectos (llevar lupa).
- La noche de la pizza o un platillo especial (los sábados o viernes).
Cuando su hijo tenga 20 años o más, siempre recordará los rituales mágicos que lo hacían sentir muy amado y valioso. Así que vamos a crear nuestros propios rituales.
Recordar que lo más importante está aquí y ahora