Hay cuatro aspectos fundamentales:
- Recibir amor incondicional.
- Ejercicio físico (para oxigenar).
- Nutrición (alimentación).
- Gestión de estrés y autorregulación.
Ayudemos a nuestros hijos a cuidar su cerebro:
- El amor es incondicional que no debemos confundir con sobre protección.
- El ejercicio físico para ayudar a oxigenar el cerebro.
- La nutrición sana y balanceada.
- Y la gestión del estrés y autocontrol.
Cuatro ideas básicas para cuidar el cerebro:
- En primer lugar, lo más importante es el afecto. Un cerebro que no recibe afecto en los primeros años de vida va a crecer con serias dificultades, tanto emocionales como intelectuales, de ahí de la importancia de hacer sentir al niño amado en todo momento, hacerlo sentir valioso y perteneciente. Usando la motivación y brindarle tiempo especial en forma individual.
- El ejercicio físico es fundamental en la vida de los niños, al igual que el juego que es el medio de aprendizaje por excelencia. Oxigena el cerebro y canaliza la energía, además de todos los múltiples beneficios que aporta a la vida.
- La nutrición sana y equilibrada desde el embarazo, es muy importante. Que le permita beneficiarse para mantener mayores procesos de concentración, agilidad mental y memoria. Además, lo que comemos influye en el estado de ánimo, en la salud emocional del niño y en la prevención de enfermedades.
- Por último, la gestión del estrés y el autocontrol. Hoy hay muchos niños sin tiempo, sin momentos de libertad, con grandes dificultades para gestionar sus enojos, con poca tolerancia a la frustración. De ahí la gran necesidad de modelar los padres y madres el autocontrol y regulación emocional, así como acompañar a sus hijos en la gestión de sus emociones. Es imprescindible que los niños tengan tiempo libre para fomentar su imaginación. Es mediante el juego que se desarrollan cerebros plenos. Ayudar al niño a conectar consigo mismo cada día, mediante la respiración, yoga o la gimnasia cerebral.