Las palabras tienen poder, las palabras tienen vida… nos ayudan a conectar o a destruir. La forma en como me hablo a mí mismo, a mis hijos y a los demás, es determinante.
Las palabras generan pensamientos, éstas emociones y estas actitudes que nos dan resultados ante la vida. Ahora piensa ¿Cómo quieres que sean esas actitudes y resultados?